
en esta tarde nubosa, esperaba sentada la lluvia. queriendo recorrer en mi imaginación la desfigurada y excentrica ciudad, agarrada de la mano con soledad y suspiros, poniendo a prueba la distancia correcta para el olvido y el destino. tan ajena me encontraba del amor, que ser creyente era la idea de una fascinación superficial a mis instintos, programados ya a la tristeza sazonados con el masoquismo. la música vacía de sentido era la muestra perfecta para mi falta de congruencia, que bailaba al ritmo melódico de un príncipe ligado al misterio, heredero a lo absurdo de un corazón vacio, tan perfecto para mi vanidad y mi mundo ególatra, tan frío como el suyo ♥
Me quito el sombrero y aplaudo de pie...
ResponderEliminarde verdad que si, opino lo mismo que August, me enamoré de tu escrito
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